
Dentro de un avión nunca hay pájaros.
Tampoco se escucha el consuelo del silencio.
Unos duermen y otros caminan enjaulados.
Yo me fugo entre el simular piar
de un piano y una orquesta y sus arrullos;
sus notas se hacen nido en el vacío.
¿De qué sirve volar sin canto, altura muda?
—se pregunta con tristeza el aeroplano.
Cruza las nubes: ya en ningún lugar estamos.
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