jueves, 15 de diciembre de 2011

#100peorespoemasmexicanos:7 U Tedi López Mills


#100peorespoemasmexicanos:7 U Tedi López Mills

Me elucida cara en discordia, diablo babeando hasta en la leche, afuera la lluvia, adentro la sardónica evidencia de las paradojas, pan duro, mojigata la señora me cuenta, yo mirando su escote hundido en la grasa del cuello, pan suave entre los dientes, pica de nuevo, hocico, dos o tres epigramas, muñón de concha, como si nada una ventisca que remeda en los manteles la sutileza de la gasa, me describe, paloma y polvo, lo genuinamente mexicano, y oigo pensando, ese apelativo que se me pega con un laberinto adicional en la oreja, solariego entre mis bastidores, ese rito de cascos y coronas, será la nación, mi señora de tiza, de borla, de esquila, lo será esa resolana entre tabiques, esa racha de mala política, ese difuso grafiti de alguna idea de país camino a la tiesura de una pancarta, ¿genuinamente mexicano?, señora
lírica, por mi parque de arboledas divulga una rata la misma historia, allende el monte, ¿hortelano en un jubileo de arroyos o égloga distraída por el saqueo
de sus habitantes?, la pregunta afirma su contrario, he visto, señora coqueta,
cómo una estructura, discursiva en su descenso, se inmiscuye en mi colonia y acaba haciendo patria, bocacalle, vecindario, melodía breve, rancio musgo, cómo la rata de hoy, deambulando entre troncos antes de evolucionar hacia la ardilla, se extiende hasta mañana, escarba cuánta leyenda diminuta en su pesquisa, señora de estopa, y resuelve: sobra el futuro, ¡tanto y luego tanto!, por quién toca, a la puerta, y qué puerta, de aldabones, qué inmensa puerta la que se abre hacia fuera, mundo por fin, mexicanamente, aunque yo no genuina, amortiguo la caída, voy, ya voy, anda, tiéntame, diablo de marras, dime qué mitad de mí corresponde a este paraje nacional, pues vivo de su cauda y mi resquemor en la sortija de su lumbre se parece a un tributo que le rinde un instante geométrico al resto de una sombra, padre o madre, me comentan que hay fronteras internas y externas, un destino de la línea, buena, mala, cuánto daría por saberlo, adoquín bajo el ansia, ¿licenciado o poeta?, declárese que hay híbridas multitudes que conciben su espíritu variopinto de modo unitario, siempre cuchicheando
por la estrofa y más vivo que nunca, afirman zarpa en mano,
ésos que me lo regatean.

De Contracorriente

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